Según diferentes diccionarios, la albardilla ha sidodefinida como un tejadillo voladizo, una hilada de coronación con salientes por ambos lados, o un caballete o cubierta de un muro, en forma convexa o angulada, pero que en todos los casos tiene por objeto coronar un muro con el objeto de que no penetre el agua de lluvia.

En la normativa española, desde la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación, DB HS2, estas piezas han sido especialmente recogidas como un remate de los antepechos que evita que el agua de lluvia que llegue a su parte superior alcance la inferior. Y en su afán normativizador, se ha dispuesto que deben estar dotados de goterón (lo cual es lógico si sobresalen del paramento del muro, 2 cm mínimo según el Código) y una inclinación mínima del 10º.

El Código establece la necesidad de disponer juntas de dilatación entre cada dos albardilla cuando sean de piedra o prefabricadas (¡con independencia de la longitud de las piezas! a la que no hace referencia) o cada 2,00 m cuando sean cerámicas.

Si quieres ver otro ejemplo de cómo resolver este elemento constructivo, puedes visitar la entrada dedicada a una albardilla de ladrillos sobre un muro de mampostería, o la que explica su construcción sobre una junta de dilatación.